lunes, 21 de abril de 2008

LOS VALORES REPUBLICANOS

El pasado viernes 18 de abril se aprobó en el Pleno municipal del Ayuntamiento de Sevilla, con la abstención del PP, una propuesta que instaba a defender la memoria de los valores republicanos, rechazando las maniobras que pretenden denigrar lo que fue la II República, al amparo de la llamada Ley de Memoria histórica, gracias a que dicha Ley establece medidas concretas de reconocimiento y reparación que, entre otras, están orientadas a dar cumplimiento al derecho de los ciudadanos a que los símbolos públicos sean ocasión de encuentro y no de enfrentamiento o agravio, y contribuye a la rehabilitación moral de quienes sufrieron tan injustas sanciones y condenas.

En este sentido, nos debería sonrojar a todos que todavía existan nombres de las calles de Sevilla vinculados directamente a criminales de guerra.

Hoy, toda la ciudad se refiere al puente de Los Remedios, cuando hasta hace sólo unos años seguía llamándosele del Generalísimo. Ese es el proceso que se va a reproducir ahora, sin tensiones y sin excesos, tan sólo con la ley en una mano, y la razón y la dignidad en la otra.

En España, nuestra actual Democracia es, sin ninguna duda, heredera de la llamada II República Española. La tradición democrática en España no ha sido tan fuerte como para que nos podamos permitir el lujo de renunciar a ninguna de sus fuentes.

En 1936 España tenía un régimen democrático que nos fue arrebatado por un sangriento golpe de estado, sucedido por cuarenta años de dictadura, y que no pudimos recuperar hasta hace poco más de treinta años.

Hemos de proclamar alto y claro que la transición española consistió en una RESTAURACIÓN moral y legal de nuestra tradición democrática, y no simplemente un tránsito a la democracia desde un Dictadura carente de legitimidad alguna. La responsabilidad de todos los demócratas debería ser la de reforzar y consolidar esa tradición. La República, por tanto, no debe ser patrimonio ni de la derecha ni de la izquierda, es patrimonio de todos, es patrimonio de la Democracia.

Y desde la derecha más moderada no deberían dejarse caer en la trampa que permanentemente les tiende la extrema derecha española que les lleva a menudo a acabar justificando el Franquismo.

Los valores republicanos son los que inspiraron la transición española, y de los que emanan hoy la mayoría de nuestras instituciones.

La idea central de la filosofía republicana es la concepción de la libertad como no dominación, centrando primordialmente su atención en el destino de los ciudadanos individuales, puesto que son estos los que deben ser protegidos de la dominación. Esta larga tradición republicana va desde Cicerón hasta el periodo de las revoluciones ilustradas americana y francesa.




ESTOS VALORES, SE RESUMEN PERFECTAMENTE CON EL
LEMA REPUBLICANO POR EXCELENCIA:
LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD




El Republicanismo propugna que las personas son ciudadanos, no súbditos, y que por lo tanto nadie tiene derecho a decidir sobre la vida o libertad de otra persona. El Estado es el responsable y garante de la protección del débil frente al fuerte.

La tradición republicanista no obedece a la idea de que la voz del pueblo soberano es monolítica. La voz del pueblo es plural, son muchas las voces que deben poder expresarse.

El Republicanismo se basa en el fortalecimiento de la sociedad civil (mediante la garantía de la independencia de medios de comunicación y también de las asociaciones y ONGs), para que el Estado sea el garante frente a los débiles, pero que la sociedad civil sea la que controle al Estado.

El republicanismo es una filosofía con un fuerte arraigo en la historia europea, como muchos historiadores han explorado recientemente de forma muy minuciosa. Hoy por hoy es una fórmula de enorme vigencia al ser la tesis defendida desde 1997 por el Profesor Philip Pettit.

Para finalizar, unas hermosas palabras del recientemente homenajeado Diego Martínez Barrio, sevillano y Presidente de la República en el exilio que, en 1961, durante el 30º Aniversario de la República en París, ante el anunciado derrumbe del Régimen Franquista, que lamentablemente nunca llegó a ver, dijo: “Desgraciadamente, ante la coyuntura que presenta el curso de los sucesos, sobresale en la oposición al régimen franquista una peligrosa diferencia de criterio, la del origen del poder futuro. Unos partidarios lo atribuyen de antemano a la monarquía y otros a la voluntad de minorías audaces, encargadas de conducir la nación. Cualesquiera de estas soluciones, impuestas violentamente, dejarían irresuelto el problema. España no puede tener en definitiva otro régimen que el votado por la masa de sus ciudadanos, hombres y mujeres, personificación del país a cuyo fallo habríamos, todos, de someternos. Mi posición y la del Gobierno [en el exilio] son claras. Yo fui designado depositario de los derechos de la República (…). Servir, cuando la convicción corresponde a la empresa; acatar cuando la voluntad colectiva se manifiesta contraria a nuestras convicciones. Clara línea de conducta que es el mejor título de unos españoles, dignos de su historia y de su tiempo. Hasta pronto, pues, compatriotas. Ya se percibe la aurora. ¡Viva España! Y, además, ¡Viva la República!”

2 comentarios:

Manuel Vázquez dijo...

Antonio creo que obvias muchisima historia para decir que somos herederos de la Republica en valores. Aunque recoge nuestra constitución multiples valores democráticos, que ya estuvieron presente en la constitución republicana, tales como: principio de igualdad legal,sufragio universal,autogobierno regional, etc... Otros no lo son tanto como la denominación del estado, modelo judicial, etc... Digamos para ser suaves que las diferencias entre 1 modelo y otro de estado son similares pero no podemos decir que uno es heredero del otro. La actual organización del estado español proviene de una actualización radical del movimiento, desmontando su estructura dictatorial y reinventando la rueda en otras dando un lavado democratizador. Existe demasiada herencia de la dictadura, y no es el callejero precisamente la mas molesta. Aun 33 años despues de la muerte del Caudillo, España aun tiene muchas similitudes con el anterior regimen y no con la Republica que fue por este aniquilada y borrada del mapa. Es voluntarismo encontrar entre la república y nuestra actual organización del estado una continuidad visible. Supongo más que ha sido la actual carta magna una apuesta por valores más Europeos que republicanos.

Solo es una opinión.

Anónimo dijo...

gracias a Dios por intiresny